domingo, 5 de diciembre de 2021

La energía

 

La energía


La energía es una propiedad universal de las cosas concretas, según el físico y filósofo Mario Bunge; de la misma manera que tienen otras propiedades como la inercia y la carga eléctrica. La energía es un concepto científico o espiritual, dependiendo del punto de vista que se comparta. Sin embargo, sin importar la postura que se asuma, ambas se complementan y se sustentan; y la evolución de una ha dependido, en parte, de la intervención de la otra.

    Desde la visión científica, la energía reside en la esencia misma de las partículas elementales (sin estructura) que conforman al Universo. Tales partículas elementales tienen diversas propiedades; algunas tienen masa, carga eléctrica, carga de color y espín; mientras otras, sólo tienen energía; y la energía se puede transformar en masa y la masa se puede transformar en energía. Por ejemplo, la luz está formada por partículas energéticas sin masa, conocida como fotones; y los electrones y los protones de los átomos tiene masa y carga eléctrica. Además, la materia misma tiene su contraparte conocida como antimateria, que al reaccionar con la materia se transforman en energía.

    Pero la energía también reside en las configuraciones (estructuras) de la materia, es decir en los diversos arreglos que adoptan las partículas elementales (como los quarks y los electrones) para formar bloques más complicados de materia (como átomos y moléculas). Las moléculas se unen para formar estructuras aún más complicadas como las células, y las células se juntan para formar superestructuras como los tejidos orgánicos y las neuronas; por ejemplo, en los seres vivos. Así que, cada vez que se crea una estructura más y más complicada, mayor será la cantidad de energía requerida para construirla y mayor será la cantidad de energía que tendrá acumulada ese sistema (vivo o inanimado). Sin embargo, no basta la energía para conformar estructuras materiales, existe otra cosa conocida por los físicos como la entropía, que se encarga de organizar o “caotizar” todo; es la que decide cómo se deben aglomerar la materia para formar los objetos o cómo se deben desarreglar para desagruparlos. La energía y la entropía son algo así como el inversionista que pone el capital (energía), y el gerente (entropía) quien decide cómo administrarlo.

    En general, la entropía crece en el Universo; sin embargo, en la conformación de los seres vivos ocurre lo contrario: la entropía disminuye. Es decir, mientras el Universo tiende al desorden, en cambio la vida tiende al orden, a ordenar la materia. ¡Raro verdad!, pero la ciencia descubrió que todo funciona de esa manera. Desde el momento de la concepción de un ser vivo, su crecimiento en el útero de madre es un proceso de aglomeración de partículas elementales que conducen al ordenamiento (minimización de la entropía) de la materia y la acumulación de energía en órganos específicos.

    Así que, cuando las neuronas se entrelazaron entre sí mediante las sinapsis para conformar nuestro cerebro, requirieron de energía en grandes cantidades. Y cómo nuestro cerebro conforma un entramado activo con los órganos del cuerpo con el cual se comunica y comanda, para funcionar necesita de energía. Nuestro cerebro está constituido por millones de millones de estructuras biológicas con cierto nivel mínimo de energía acumulada para poder funcionar a plenitud; al variar (disminuir o aumentar) esta cantidad de energía, aparecen trastornos orgánicos en cualquier parte del cuerpo.

    Somos nosotros mismos quienes de manera consciente o inconsciente, regulamos la energía en nuestro organismo. De manera inconsciente lo hace nuestro organismo, porque él mismo se autorregula; de manera consciente lo podemos hacer nosotros con la mente, mediante la realización ejercicios controlados (meditación), alimentación sana y balanceada, distracción en ambientes naturales (viendo formas, percibiendo olores y colores, escuchando mensajes acústicos) y el disfrute de la música (clásica, folclórica, relajante…).
Ahora bien, en principio, toda la materia y la energía que reside en un ser viviente, se encuentra perfectamente equilibrada. Existe en su justa cantidad y está ubicada donde debe estar, en condiciones normales. Cualquier déficit o exceso de energía en una célula del organismo se traduce en un desequilibrio de salud orgánica y mental.  ¿De dónde viene la energía que el cuerpo necesita? Pues de la energía (carbohidratos, grasa y proteína) que llega a través de sus órganos (boca, nariz, oídos, ojos y piel) con los nutrientes de los alimentos, el aire que respiramos y la luz solar que recibimos. ¿Dónde se almacena en nuestro cuerpo? En grasa y proteína.

    Por otra parte, el organismo humano dispone de sistemas de proporción y regulación de la energía almacenada. Así que, para gozar de buena salud, es necesario que la energía en el organismo se encuentre perfectamente organizada; si no lo está, aparecen los desequilibrios que podrían conducir a sufrir de enfermedades.

    Existen métodos para alcanzar un equilibrio cuerpo-mente. Por su parte, el movimiento de los brazos y las piernas aumenta la circulación de los fluidos linfáticos, las hormonas y los neurotransmisores en todo su cuerpo, regulando y equilibrando el sistema cuerpo-mente y mejorando aún más su producción energética. Por otra, mediante técnicas de relajación y meditación también se logra redistribuir la energía corporal en el organismo. En estos casos, se está utilizando el principio de minimización de la entropía del cuerpo. A voluntad, se logra enviar la energía al lugar donde deba estar para que cumpla la función que le corresponde en ese órgano en particular.

    Por lo tanto, el cuerpo humano, como un todo, es un gran reservorio de energía desde el punto de vista físico-biológico.

    Ahora bien, resulta que el concepto de energía que se maneja en física requiere de una revisión, dado el caso que hoy en día se ha descubierto que en el Universo existe otro tipo de energía conocida como energía oscura, que representa el 80 % de la constitución de todo lo existente.

    Desde mi punto de vista, científico, considero que el concepto de energía que se maneja en el mundo espiritual en el fondo tiene el mismo significado del que se maneja en ciencias; sólo que en ciencia se habla de la energía en función de las medidas, mientras que en el campo espiritual se tasa en función de las sensaciones, las emociones y los pensamientos, y además, se le incorporan otras formas de “generarla” e intercambiarla muy diferentes a los procesos físicos conocidos. El concepto de energía, tanto científico como espiritual, llena todo el Universo. En ciencias se asocia con aquella entidad concentrada antes del Big Bang, mientras que en lo espiritual se asocia con un creador, en algunas sectores religiosos (cristianismo, hinduismo, taoísmo ).

    En síntesis, la energía es una propiedad específica que posee todo ente material o espiritual, que los capacita para realizar cambios, transformaciones o restructuraciones en los ámbitos donde participan.


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